lunes, 30 de agosto de 2010

Clik

TEclea , teclea, teclea, ha olvidado el que sus dedos sirven para más cosas porque ahora todo esta haciendo clikc o escribiendo una dirección en el teclado de su muy usada computadora.

Ha despertado intentando combinar teclas para encontrar el amor y sólo se ha tropezado con una red social muy conocida... Ahora tiene una relación complikada...

La nariz no distingue los aromas, su tacto no discrimina texturas y sus ojos andan enganchados en sus sol desprendiendose de la pantalla LCD que lo ilumina.

Ha hecho tres revoluciones y en todas ha ganado; juntó su millon de firmas; llegó primero ha conseguir el millon de fans, envio una carta firmada por millones de usuarios a una superempresa. Pero se ha tropezado con el pero, hoy ha visto una chica de verdad y se le ha saltado el corazón del pecho aunque para ser exactos fue algo en su estómago que le ha caido mal; la verdad es que no entiende lo que le ha sucedido.

No pudo articular un solo vocablo, aunque movía frenéticamente los dedos "nunca volvere a salir a comprar. Desde ahora, 2.0 será mi mundo real, si también se puede comprar por ahi". Él ha regresado a casa corriendo, ha subido a su habitación, dejo a medio encender las luces, su puerta a 2.0 está abierta, cierra la puerta del cuarto quedando a oscuras, su nuevo sol ahora lo calienta, el nuevo mundo le abre los brazos y el sólo tiene que clikear.

viernes, 20 de agosto de 2010

Lapices labiales

Extraño esos lapices labiales que me prestabas cuando niña, y las cosas tan extraordinarias que me contabas cuando regresabas de alguna fiesta. Yo quería ser grande rápido, rápido pero nunca se acababa el día y tu siempre te ibas y dejabas tu estela de luz al atardecer, me abandonabas contando los segundos mientras sepultaba el sol. Yo nunca supe que tú eras más frágil que cualquiera, tu estabas tan feliz cuando te miraba, me decias "cuando crescas ya veras" y quería crecer y dejar de ver el sol, pero me daba nostalgia dejar de lado mis peluches y las flores que cuidaba en el jardin que sólo yo pude cultivar, entonces entonaba mis canciones inventadas y tarareaba hasta que era hora de despedir el sol.

Aquella tarde no dijiste nada, sólo escondías algo de maquillaje en tu mochila, pero me abrazaste y dijiste que me querias mucho.

Entonces cuando el sol despidió su último rayo las nubes tapizaron el cielo de oscuros tonos, fui tan feliz, gotas de lluvia empezaron a bañar la tierra seca y ese aroma me invadio. Extraño tus lápices labiales, y esos grandes anillos también.

Cuando volviste supe que el mundo había cambiado, que las cosas eran de matices inexplicables que el sol no se ocultaría de nuevo. Entonces yo estaba llorando debajo de la silla. Había escrito una carta para ti, yo supe que no viviría para cuando llegases, cuantas cosas quise decirte pero escribir nunca se me ha dado bien. La lluvia era tan linda, pero me cai y cuando me levante todo comenzó. Cuando llegaste sonreias y tenías la blusa puesta al revez, te acercaste y no olias ya a tí me abrazaste y no eras tú o tal vez no era yo, en serio creí que estaba muerta.

Te sentaste a mi lado y empezaste a contarme una historia que no entendí, yo esperaba morir pero no me sentía ni débil aunque si un poco cansada, de pronto giraste rápidamente el rostro y me diste un beso en la mejilla, yo lloraba y a ti no importaba, luego te levantaste y dijiste "tontita, no moriras. Ven vamos al baño"

Yo no creo en ti y ahora sonrio tanto como tú, extraño mis rosas y tambien mis claveles, pero ahora él me ha dicho que las uvas son más dulces en otoño. Siento su aroma, sus manos deslizandose por mi cuerpo, el estremecimiento de la lluvia en algún lugar de mis recuerdos.

Ella era la mejor cuando yo era yo.

Ahora sonrio tanto como ella y entiendo que los papeles arrugados nunca podran ser como jueegos artificiales.

martes, 17 de agosto de 2010

Supongo que has visto el cielo remachado de extraños colores grises y te has preguntado cuando fue que dejo de estar pintado de azul, has buscado un lugar donde recostarte y sólo te tropiezas con infinitos senderos de concreto. Ahora te preguntas donde está ese verde o amarillento pasto que era el nexo con el mundo, que te recibía en su regazo para darte fuerzas, para saberte vivo.

Caminas mientras tanto chocas con una gigantesca caja de concreto que esta rodeada por paneles publicitarios, recuerdos de alguna época donde abundaba el pasto y el azul se extendía hacia el infinito.

Anochece y las luces se encienden desapareciendo el poco rastro de cielo que se colaba entre las rendijas de grandes edificios.

viernes, 13 de agosto de 2010

Vacío

Ella esta sentada y mira sin cesar un pequeño reloj que se ajusta a su muñeca, intenta detener el tiempo para poder vivir en la felicidad que tanto posees cuando se encuentra entre todo ese bullicio que aguarda por ella, aquel que entona notas desde cilindros huecos.

Se levanta y empieza agitarse al son de la música que se esparce como salero en el viento, es tocada y de pronto todo tiene sentido nuevamente, el vacío ha desaparecido completamente. Las notas poco a poco se disipan como la lluvia se escurre debajo se cielo azul sin estrellas o cielo negro con estrellas, se detiene despues de rodearse a si misma, sonrie a un interlocutor aguardando en las sombras de la inexistencia, en sueños baila, canta y concurre con ella a los suplicios de un camino oscuro en una anacrónica ciudad derruida.

Cada nota tiene un hálito de despedida, una sumatoria de nostalgias que se empozan en el fonfo de ese silencio vacío que lo absorbe todo; vuelve a mirar el reloj, abre los ojos con esfuerzo y entre la cuasioscuridad lográ vislumbrar la manecilla delgada que apunta a las diez mientras la pequeña está posada en las nueve, sudor frio le devuelve a la realidad, se apresura, levanta, agita, respira sin pausa a intervalos, despide a sus compañeros que todavía danzan y cantan al compas de tubos de madera, llenando las ruinas circulares donde yace una memoria olvidada.

El cielo se pinta de gris y cubre las pequeñas luces que alumbran desde algún lugar del universo, la música se aleja mientras ella camina por senderos enclavados en rejas y atravesados por miles de transeuntes que han destrozado sus oidos con auriculares que emiten mundos alternos.

Calidez, se enfría en la resta agil de notas que han sido devoradas por un agujero negro oculto en el plexo. Es tarde y corre, la musica y la felicidad se desempolva de ella.

Hay un vacío que se extiende en el horizonte huérfano de sol.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Umbral

Tu nunca supiste como era el volar con vértigo.

Ella rompe el silencio mientras te mira de reojo y de pronto todo cae a una velocidad vertiginosamente controlada, te diviertes e intentas asimilar el por qué de tantas vueltas de campana que no se detienen, tan abrumados entre ambos sólo resta entonces gritar y desfogar con mucha fuerza al rio que corre por debajo del cielo donde estan ahora.

Suspendido nuevamente en el aire, esta vez tú la miras y puedes sentir tan cerca su alejada presencia, ya no es mañana sino un tal vez elevado entre luces multicolor y gritos que se acercan a las nubes para alcanzar transeuntes mucho tiempo despues. Ella sonrie y grita no tienes nada que decir y el momento es bueno para evitar decir algo, sonries para ti y nuevamente caes convirtiendo tu cuerpo en una maravillosa maquina que vuela atrapada en un gigante de metal.

Las olas intermitentes llegan a su fin, minutos contraidos en segundos se acaban y lentamente se detienen sobre ti, el cielo ha regresado a su lugar y tú apenas entendias tu miserable pequeñez. No importa, abren las rejas de tu carcel metálica; ella se arregla en cabello todo alborotado intentado pasar desapercibida. Te giras y miras alrededor algunas chicas hacen lo mismo, sólo miras al cielo. Estiras la mano y bajas la vista hacia ella, te sostiene y la atraes para ti, sutilmente la envuelves entre tus brazos, pero son apurados por los mecánicos, tienen que bajar, maldices en silencio.

Como algodones de azucar que han perdido su rumbo y vagan por el poco cielo que tienen hasta ser devorados por el suelo.

Estas atado, mejor dicho encapsulado, y una caja de metal te enseña lo que niegas cuando la ves.

Sólo resta ir hacía el juego llamado salida, y el carnaval te abre las puertas a la realidad, te pesa pero avanzas, ella poco a poco suelta tu mano, inevitablemente se aleja de a pocos, gira el rostro; cruzan el umbral, se detiene, mira hacia atras, regresa sobre sus pasos, te toma de la mano que esta abatida en el limite de la crudeza, la jala de un tiron te hace cruzar el límite, se acerca, levanta y coloca sus labios sobre los tuyos. Te suelta, se adelanta y desaparece entre miles de personas que regresan a sus vidas que no son.

viernes, 6 de agosto de 2010

LA VOCACIÓN SINCERA

Abraham Follano.

La cortesía; de modo sólito, consiste en mentir para mostrarse generoso ante los demás. Los artistas, entre ellos los literatos suelen ser corteses con la gente que los va a leer. En todo caso, ser sincero es un riesgo que parece un redentor fracaso.
Tesla prefiere considerarse soñador y no escritor. Ante los demás, es esta consideración una hipocresía que pretende levantar su autoestima y saciar los ingentes prejuicios de los demás; se ha presentado como un joven que gusta de la literatura y que además escribe.

Ajeno a los delirio inapelables del arte. Los espíritus de la poesía le son esquivos, no le gustan los poemas ni otras composiciónes literarias, nunca ha escrito poesía, escribe otras formas de literatura, pero es consciente de que lo hace sin felices resultados, no irradia talento de escritor, está seguro de que ese don, el oficio de escribir; no lo dignifica.

Se demora mucho para terminar la lectura de cualquier obra, no le gusta leer, le resulta extenuante y siempre lo hace porque es una forma de seguir soñando y mejor aún, precipitar el sueño.
A sus amigos predica que lee mucho, lo ha hecho pero no con el gusto que aparenta cuando manifiesta sus críticas infundadas y opiníones vanidosas.
Lo cierto es que a Tesla, le gusta dormir y lo ha proclamado sin pudor a sus amigos de la vida real y de sus sueños: que es; además, un ocioso irremediable y que ese estado le parece perfecto para su felicidad.
Cada vez que llega del trabajo, saluda a su madre con un beso a la mejilla, ella por lo general no lo trata bien (es comprensible), le sirve el almuerzo, con la resignación de dar de comer a un parásito, no pone el alimento al fuego, le invoca un pliego de reclamos que a él, le parecen desmesurados, aunque en verdad sean razonables y justos; siempre hace lo mismo, se queda en silencio, espera que su madre se desahogue, termine su largo discurso y, concluye agradeciendole la comida, mas por un gesto de costumbre que de convicción.
Termina de almorzar, le dice a su madre que se va a su cuarto a leer, ella sabe que no leerá ni estudiará, es rigurosa con su sentido intuitivo, sabe que se irá a dormir, pero como Tesla es joven, no le dice nada para evitarse una discusión inútil con un hijo que no le ha salido, pero que le ha venido descarriado e ingrato.
Mientras va a su habitación; antes, saluda a sus tres perros, juega con ellos, les canta, los insulta cariñosamente en un momento mezquino que no devuelven el cariño con que éstos lo colman.
Entra a su cuarto, tiene sueño, no cierra su habitación; es holgazán en exageración. La mejor muestra de su ociosidad es quitarse los zapatos, sin haber desatado las hileras, se desviste; tira la ropa por lugares, en donde a menudo, luego, le costará mucho encontrarlos, esta demás escribir que es desordenado, la cama esta desatendida.
Se desnuda, es negligente, tiene gripe y no se cuida, hace tres días que se desangro y no ha aprendido la moraleja, saca el colchón, lo pone en el piso, saca las almohadas, se tiende en la cama, no concilia el sueño rápidamente.
Existen dos formas de apresurar el sueño, y es lo único en lo que Tesla se da trabajo, una es leer un libro aburrido, mejor si es de Vargas Llosa o la Revista que editan en su grupo de estudios; la otra, más eficaz consiste en masturbarse, pensando en una amiga que hace poco le ha revelado con una sonrisa jocosa que le gustaría que lo haga pensando en ella.
Opta por la habitualidad de las tarde tibias de verano, prende su equipo musical, pone las canciones que le gustan más "Confesiones de Invierno" u otra que le parece de antología: "Canción para mi muerte", ambas de "Sui Generis", se masturba con un placer de pródigo, su imaginación concilia las mujeres mas seductoras y bellas que conoce, además de su amiga.
Luego de esta diligencias cortas, el sueño no le es esquivo, se entrega a lo que ha pensado que es lo único que sabe hace bien… Dormir.
Continuará.