viernes, 29 de enero de 2010

Silencio

Y entonces caminamos uno junto al otro, el silencio era de esperarse. Estaba cansado de tener todo este cambalache de cosas dentro de la cabeza pero las palabras al querer salir todas de golpe se atascaron en algún lugar de la garganta. Silencio, silencio. El mundo gira a gran velocidad, el bullicio para permitir, para dar cuenta de la existencia es un completo silencio, un abismo entre ella y yo.

Vamos a construir, me digo mientras intento delinear y cartografiar su figura. Se acerca el final, pienso cuando la miro tan distante y llena de inexistencia. Pero por qué, esa pregunta me ronda desde algún tiempo atras.

Yo no lloro, pero a veces viene una rafaga de algo que no alcanzo a entender, creo que eso es también llorar.

Escuchando palabras que se escapan de si mismas, pero se ahogan al salir a la superficie, son sólo respiros o quiza inteligibles suspiros que se confunden con la orquesta de las hojas de los arboles que extienden sus brazos hacia abajo. Ella me mira de reojo y pregunta algo que paso rodando por su cabeza, o eso creo intuir. Camina, se adelanta, aligera el paso, tal vez sea como sus pensamientos: se apresuran, detienen, vuelven a la carga. Como si ellos mismos pensaran algo.

"Como inflar y desinflar un globo, eso creo que me está agotando, me siento... no lo sé. Esto es contraproducente"

La noche es buena, eso creo, oculta y protege. Pero me siento solo y no tengo ganas de continúar.
Solo hay dos opciones para mí, pero yo no tengo elección.

Nunca sabré mis opciones, y ella camina a mi lado mirando y buscando el silencio con la llave para encerrarlo en algún lugar.

No se si puedas decirlo pero entonces, tal vez sea demasiado tarde. Tengo una memoria a la que regresar...

El cielo está azul y la luna se oculta tras algunas nubes, quiero verla a ella y da miedo como me abraza el final. Es hora de despedirse.

"Ahora construire, mientras sujetamos con pinzas los recuerdos que vamos a incinerar, revolución eso puede llamarse"

Ella voltea para verme a través del cristal yo me pierdo en la lejanía, en el patio trasero donde encuentro los trastes viejos de mis recuerdos.

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