Hemos perdido contacto...
La última vez que le vimos dijo que iría a un lugar cercano a Rumania, estaba en un bosque seco que se extendia má alla de nuestra vista, el viento susurraba junto a la armónica de los cables de alta tensión que desafiaban el infinito, a los lejos un viejo y casi extinto rio luchaba por no abandonar su cauce.
El dijo: Hasta entonces
Nosotros no lo creimos y dimos la vuelta, no contamos los pasos, no volteamos hacia atras, no pensamos más nada.
Ese infinito estaba encerrado en un espacio finito, era un desierto o un bosque, pero en realidad creo que era el laberinto de su vida, su propia existencia reclamando por él.
La puerta de la entrada está abierta, en algún lugar, y el equilibrio distorsionado busca una forma de cerrarla.
Hemos perdido contacto, nos hemos huido de nosotros, de él, del mañana.
La última vez que le vimos dijo que iría a un lugar cercano a Rumania, estaba en un bosque seco que se extendia má alla de nuestra vista, el viento susurraba junto a la armónica de los cables de alta tensión que desafiaban el infinito, a los lejos un viejo y casi extinto rio luchaba por no abandonar su cauce.
El dijo: Hasta entonces
Nosotros no lo creimos y dimos la vuelta, no contamos los pasos, no volteamos hacia atras, no pensamos más nada.
Ese infinito estaba encerrado en un espacio finito, era un desierto o un bosque, pero en realidad creo que era el laberinto de su vida, su propia existencia reclamando por él.
La puerta de la entrada está abierta, en algún lugar, y el equilibrio distorsionado busca una forma de cerrarla.
Hemos perdido contacto, nos hemos huido de nosotros, de él, del mañana.
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