martes, 16 de febrero de 2010

Sueño Fugaz

Ella dijo: huyamos, vamos llevame a tus laberintos, desemvolvamos los hilos de Ariadne. Sonreía a su interlocutor inexistente. Vamos, vamos...
Él en silencio cavilaba su respuesta hasta que dijo: No podemos, no existen hilos, ni madejas; he quemado hace mucho mi camino, no hay retorno para mí. Su voz llegaba a través de un laberinto que era mil, que era cielo, infierno y tierra, que era nada y todo; atrapado en tejido repitió: Tú eres un sueño fugaz, no podrías... no puedes, no podemos no hay marcha atras, y tú debes debes seguir, los sueños fugaces... te harías mortal y no podrías encontrarme, no puedes, no puedo ir por ti, ni tú por mí. Entre oscuros lugares empezó a rugir el minotauro en algún lugar, y el aire se hacía caliente, las hidras de seguro respiraban su fuego intentando destejer el laberinto donde estaban atrapadas sus cabezas, siempre buscándose.

"Llévame, huyamos, vámonos de aqui"
"No puedes, no podemos. He perdido el camino, de regreso a casa, de regreso a mí..."

El sueño fugaz continúa su viaje, sonrie con su figura inacabada y su alegría temporal.

"Me he perdido a mí mismo..."
"Aún te oigo, puedes seguir mi voz..."
"No hay regreso para mí, he quemado los hilos de Ariadne..."

En algún lugar del laberinto él busca su camino a casa y ella viaja por el espacio inacabado de infinitud, tal vez ya está dentro de ese laberinto, tal vez ilumina sin querer el cielo del perdido que apenas conoce de estrellas y caminos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario