Yo quise escribir cada día un episodio de una novela, que tal vez, sería mi vida. Quise abrir los ojos pero el abrir las cosas causa dolor.
Abrimos puertas y cosas que no sabíamos o que olvidamos se liberan y huyen sin rumbo fijo, huyen con miedo de ser recluidas otra vez, del olvido, del polvo, de los adioses tácitos.
Huyen y uno se pierde entre tanto dolor y nostalgia y alegría y cosas cuyo nombre todavía no encuentran en este mundo.
Quise escribir mi novela, mi otoño y primavera. Se derritió nieve y vi caer las flores de cerezo.
"¿A cuanta velocidad debo vivir para volverte a ver?"
Abrimos puertas y cosas que no sabíamos o que olvidamos se liberan y huyen sin rumbo fijo, huyen con miedo de ser recluidas otra vez, del olvido, del polvo, de los adioses tácitos.
Huyen y uno se pierde entre tanto dolor y nostalgia y alegría y cosas cuyo nombre todavía no encuentran en este mundo.
Quise escribir mi novela, mi otoño y primavera. Se derritió nieve y vi caer las flores de cerezo.
"¿A cuanta velocidad debo vivir para volverte a ver?"
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